Árbol genealógico

Trabajar la diversidad en la escuela, en casa y en sociedad me parece una labor obligatoria, así que aprovechamos este día como muchos otros para incidir en ello, aclarando y resaltando que igual que cada uno de nosotros, niños, niñas, adultos, adolescentes, somos diferentes y únicos, del mismo modo, cada familia es distinta del resto.

Con esta actividad he pretendido que cada niño/a presente al resto de compañeros/as con orgullo a los miembros de su familia y que al poner los trabajos en común miren con respeto cada modelo de familia.

Materiales:

-Folios

-Colores

-Lápices

Objetivos:

-Hacer partícipe a todos los miembros del grupo

-Generar un diálogo sobre los beneficios y la riqueza de convivir con personas diferentes a nosotros

-Distinguir a cada miembro de la familia y establecer vínculos.

Paso a paso:

Comenzarán dibujando un árbol en el que nosotros nos situaremos en el tronco y a partir de ahí iremos sacando diferentes ramas que se unirán a cada miembro de la familia hasta quedar todos conectados.

Con el dibujo hecho y las posiciones establecidas con el parentesco o el nombre del familiar, y antes de pasar a pintarlo, cada niñ@ decidirá si pintará a sus familiares o por el contrario pegará en cada rama una foto de ellos. 

Con la decisión tomada cada uno dibujará o pegará la foto y ahora sí decorarán el árbol.

Como ven algunos niños han considerado a sus mascotas parte esencial de la familia a pesar de no ser ni tan siquiera de la misma especie. Lo que demuestra que el único rasgo en común que deberían tener todas las familias, es el vínculo del amor y el respeto, desde la libertad y la diversidad.
La sangre es una unión accidental, la libre elección de amar en cambio, es un acto libre y puro, sin ataduras ni obligaciones, la respuesta solidaria de un sentimiento genuino.