Que este día siga existiendo significa que tenemos mucho que enseñar y aún más que aprender.
No es un día que me haga especial ilusión celebrar, pero si que considero imprescindible trabajar.
Educar en la igualdad para prevenir la violencia de género es tarea de todos y es una tarea ardua e importante, en la que todos tenemos que poner nuestro granito de arena, empezando por cambiar nuestro propio chip.
Hace poco leí unas pautas elaboradas por el colegio Brains en colaboración con el Instituto de la mujer, en las que se establecen 10 items para educar en la igualdad y así rechazar la violencia, "Escuela de Filósofos". Después de leerlas me parecieron cosas tan vitales... Creo que proyectos como este deberían ponerse en práctica en todos los centros de enseñanza, aunque obviamente, primero nosotros mismos debemos empezar por llevarlos a cabo en nuestros hogares, borrando prejuicios y estereotipos de nuestras cabezas y a partir de ahí comenzar a reestructurar rutinas diarias en las que los roles de hombre y mujer no se encuentren diferenciados por razones meramente sexuales.
-"Pon otra película, a mis hijos no les gustan las películas de niñas"
-"Hijo haces demasiados puzzles, mejor juega con los coches"
-"¿Por qué escogiste el dibujo de Rapunzzel?¿No habían dibujos de niños?"
Con frases como estas me topo a diario.
Dicho esto, y con muchas anécdotas más en la cabeza que podría contarles pero que creo que ni la pena merece y de las que concluyo que la violencia de género se fomenta en los propios hogares, creo que lo que debemos entender es que la desigualdad genera violencia, y la violencia más violencia.
Eduquemos niños y niñas felices dando ejemplo, dialogando, pues ellos son espectadores silenciosos que almacenan y copian todo en su disco duro.
-"¿Por qué escogiste el dibujo de Rapunzzel?¿No habían dibujos de niños?"
Con frases como estas me topo a diario.
Dicho esto, y con muchas anécdotas más en la cabeza que podría contarles pero que creo que ni la pena merece y de las que concluyo que la violencia de género se fomenta en los propios hogares, creo que lo que debemos entender es que la desigualdad genera violencia, y la violencia más violencia.
Eduquemos niños y niñas felices dando ejemplo, dialogando, pues ellos son espectadores silenciosos que almacenan y copian todo en su disco duro.
Trabajemos de la mano sin importar cual sea tu género, con respeto e igualdad. Unidos somos más fuertes.
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