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Ms Glezbet
Día a día de una mamá primeriza
Moda Infantil

1 feb 2017

Visitar Madrid con un bebé



Ya era hora. Uno de los dos viajes que habían quedado pendientes cuando me quedé embarazada se ha llevado a cabo. 

Tailandia deberá seguir esperando, al menos un poco más, nos da un poco de respeto con el peque tan pequeño visitar un país tan diferente al nuestro y creo que si esperamos un poquito será un viaje del que podrá disfrutar él también mucho.

Por lo pronto nuestro destino ha sido Madrid, mucho más cerca y sin cambiar de idioma ni de cultura gastronómica, que es lo que mas me preocupa con el niño.


¿Qué opinan ustedes sobre la idea de viajar con un bebé? Yo tengo que decir que como madre primeriza me inquietaba y preocupaba la idea de salir de nuestro hogar, dejando nuestras comodidades cotidianas con respecto al peque y pensé que el viaje podría acabar convirtiéndose en algo estresante, en lugar de unos días relajados y en familia que era lo que realmente pretendíamos. 

¿Qué llevar? ¿Se incomodará en el avión? ¿Pasará frío? ¿Serán demasiadas horas por fuera? ¿Podremos respetar sus horarios de comida? Demasiadas preguntas.

Nada que ver. Han sido unos días geniales compartiendo y conociendo lugares nuevos para los tres, que nos ha sabido a poco. Papi si que conocía algunos pero estuvo bien refrescar la memoria visitándolos con la compañía familiar.


Muchas mamis me han preguntado sobre el momento de ida y vuelta en el avión. En ambos trayectos Aylan durmió un poquito y jugó el resto del camino, con su carácter curioso y risueño habitual de siempre. Como recomendación para los oídos, a la hora de despegar y aterrizar intentar darles el pecho si aún siguen en periodo de lactancia, sino supongo que beber agua también servirá. A nosotros nos ha funcionado.

Pese al cambio climático no paramos de hacer cosas. Aylan parece un osito de peluche en todas las fotos, ¡y que bien se portó!. Unas 3 capas de ropa llevaba el pobre cada vez que íbamos a pisar la calle. Body térmico, su conjunto de ropa, casi siempre chándal de algodón excepto cuando fuimos al teatro, pelele o plumas enterizo y listo para entrar en el saco de su carro con gorro y a veces manta. Los guantes han sido su asignatura pendiente, no hubo manera, se los quitaba siempre.



Los puntos de interés que pudimos visitar fueron bastantes, nos quedamos en la misma Gran Vía, lo que nos permitió ir caminando a casi todos lados: La Puerta del Sol y su mítica escultura del Oso y el Madroño, el Edificio Carrión más conocido por Edificio Schweppes, Plaza de Callao, La Puerta de Alcalá, el Parque del Retiro, el Palacio de Cristal, el Estadio Santiago Bernabéu, para ir aquí si cogimos metro, el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, un espectacular atardecer en el Templo de Debod que les recomiendo no se pierdan y salgan con tiempo porque nosotros llegamos algo justos y las vistas son preciosas. 



Bueno, que no dejamos de hacer nada por ir con un bebé, es más, él encantado investigando todo.
También hicimos algunas compras en el tan aclamado Primark de cinco plantas de Gran Vía y en la calle Fuencarral. 


Obligadísimo para mí volver y ver con más calma toda el casco antiguo,lo dejamos para el último día y fue mi zona preferida. No pudimos ver los Jardines de Sabatini y me quedé con las ganas.

El momento cultural con el espectáculo de "El Rey León" en el teatro Lope de Vega, el espectáculo una pasada, nos encantó, lo tiene todo, escenografía, puesta en escena, vestuario, bailarines, actores, cantantes ¡super emocionante! y recomendable 100%. Y para quienes se pregunten si el peque fue, así es, y lo pasó tan bien como nosotros. Entusiasmado aplaudiendo, encantado con los colores y bailando sin parar. También tuvo su momento de descanso en el que se pegó un sueñecito, mucho tiempo para él.

Con el teatro en sí tuvimos nuestro descontento, no nos dejaron subir el carrito del niño a pesar de haber pagado como un adulto y con necesidad de una reforma ya.

En el metro tampoco fue fácil lo de ir con carrito, los accesos no están especialmente pensados ni habilitados para ir con un bebé sobre ruedas.

Para comer dentro de lo que pude probar creo que no deberían dejar de ir a Cereals Hunter para desayunar, New York Burguer para almorzar y Yakitoro para cenar. En cambio nos hablaron muy bien del Museo del Jamón de Puerta del Sol y nos pareció una cafetería cutre sin más, con un aspecto que tampoco ayudaba mucho.


Conclusión de todo esto, para viajar con un bebé lo único que tienes que tener es tiempo y ganas. Organizar lo básico, comidas, abrigo y un mini botiquín y lo demás dejarse llevar que irá surgiendo. 

El tiempo invertido son las experiencias disfrutadas, todo lo demás serán anécdotas.


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