Con el final de año llegan los cambios. Mi pituso ha comenzado la escuela.
No será algo definitivo más bien una especie de prueba por motivos laborales, pero de todos modos a él se le ve encantado.
Por 2 semanas compartirá juegos con otros niños, tendrá unos horarios más estrictos y la madre tendrá la sensación de que su pequeño se hace tan grande...
En menos de una semana lo veo tan diferente, cada día logra sorprenderme con algún aprendizaje nuevo, por no hablar de lo grande y gordito que está en cuestión de días.
La segunda noche me preocupó porque se despertó varias veces durante la noche llorando fuerte, algo inusual en él, y como si tuviese pesadillas. Le costaba muchísimo luego volverse a quedar dormido, pero ahora genial, no le ha vuelto a pasar incluso está durmiendo mucho más. Supongo que por el mayor consumo de energía durante el día.
Por lo pronto todo positivo, también es verdad que tiene la inmensa suerte de que su cuidadora sea su abuela, mi mami. Así que han sido todo ventajas.
Creo que no soy la única madre a la que asusta ese primer día de guardería, por el miedo a lo desconocido, a separarnos durante tantísimas horas de nuestro bebé, experiencias diferentes, otro entorno, otra compañía, pero mi conclusión de esto ha sido que nuestra actitud influirá en como nuestros hijos acepten esa nueva vivencia.
Dejémosles explorar, y vivir la vida sin trasmitirles nuestros miedos.
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