Vuelve la rutina, ahora con otro tipo de organización y horarios, pero sin la “libertad” de estos meses atrás.
Los últimos 5 meses mis tiempos los ha medido prácticamente Aylan, con pequeñas rutinas que hemos ido incorporando a sus costumbres, como merendar su fruta a las 17 o su baño a las 20:30. Pero podíamos estar en la cama hasta que el nos dejase, dormir siesta si el la dormía o dar paseos no planeados cada vez que nos apeteciese.
Todo eso ya se acaba hasta las próximas vacaciones. Ahora toca organizarnos según nuestras jornadas laborales y será la abuela Susa, mi mami, quien nos ayude con este proceso de cambio y pase las tardes con el pituso.
Como lo voy a echar de menos… pero rodeada de todos mis otros pequeños será más ameno.
Vuelvo a la carga, como si fuese mi primer día de trabajo. Nervios de novata, ilusión por ver cuánto han crecido los peques ya no tan peques y conocer caras nuevas, realizar nuevos proyectos y aprender juntos.
Casualmente me incorporo el mismo día que hago 2 años como empleada en la empresa y los sentimientos se repiten. ¿Significará algo tanta casualidad?
Nada mejor que conocer bien los gustos y aptitudes de todos para saber a que perfil voy a dirigir cada taller y actividad, y ese ha sido el objetivo que me he marcado hoy.
Mis conclusiones a las respuestas de estos pequeños con corazones gigantes es que ya la infancia no se disfruta como cuando yo era pequeña, los niños se hacen mayores antes de tiempo.
Una pena, pero no nos damos cuenta de la importancia de esta etapa, y de reforzarla en lugar de querer educar a viejos prematuros.
Hace poco leí un artículo sobre por qué no deberíamos enseñar a nuestros hijos a compartir y en resumen lo que venía a decir es que de mayores, en la vida universitaria o laboral, por ejemplo, nadie va a compartir con ellos una nota, o un ascenso.
Mi asombro al leer esto fue grandioso ¿Qué clase de argumento es ese? De mayores tampoco hacemos nuestras necesidades en un pañal, ni nos dan de comer, tampoco nos leen un cuento para dormir ¿eso significa entones que nuestros hijos no vivan proceso de aprendizaje?
Dejemos disfrutar a nuestros hijos de su infancia, enseñémosle valores que ya habrá tiempo de que se decepcionen en el camino si así ha de ser pero no les privemos del placer de simplemente ser niños por nuestros miedos y prejuicios.
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