Desde que nacemos hasta que nos morimos jugar es una parte esencial de nuestra vida para nuestro desarrollo, es simplemente aprender de manera libre y espontánea.
A medida que vamos madurando los tipos de juegos van cambiando pero nunca dejamos de jugar, por tanto deberíamos de valorar este recurso como medio de aprendizaje innato y recurrir más a su papel educativo.
El juego implica que el crecimiento integral del niño se dé de una forma positiva y sana, y como recurso educativo creo que tiene un gran poder del que me gusta hacer uso en mis sesiones.
El séptimo principio de la Declaración de los Derechos del niño dice que los niñxs tienen "El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita" y sí podemos lograr que ambas cosas, juego y educación vayan de la mano ¿por qué no hacerlo?
Ya lo decía Albert Einstein "El éxito es la suma del trabajo más el juego".
Juguemos para ser más sabios, juguemos para volver a ser niños, juguemos para aprender a ser adultos, juguemos para ser más felices. ¡Juguemos!
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