No habías nacido y en tu ropero ya no cabía más ropa. Muchas pequeñas prenditas que lavé y planché cuidadosamente con una ilusión tremenda sintiéndome de repente la mayor ama de casa.
A pesar de haber odiado planchar siempre no se pueden imaginar con que ilusión planché y doblé cada uno de sus bodies, camisas, pantalones, baberos, mimis...si, hasta los baberos planché, una auténtica locura, lo se, pero quería que estuviera todo perfecto.
Dentro de todos esos conjuntos hubo uno muy especial que fue el elegido para el día que te viniste a casa con nosotros, para convertirnos oficialmente en una familia.
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