Segundo año de Carnaval del pituso y yo privada, pensando en como podíamos disfrazarnos para ir juntos a la cabalgata.
Ya había decidido cuál iba a ser nuestra vestimenta cuando su “abui”, mi mami, nos dijo que le había traído un disfraz de Donald de Barcelona y con la ilusión que se lo compró no podíamos ponerle otra cosa.
Así que reservamos nuestra idea de disfraz familiar para los carnavales del sur o los del próximo año y en la Cabalgata Infantil hemos dejado que el protagonista exclusivo sea Aylan.
Este año nos hemos puesto por Santa Catalina y en cuestión de frío mucho mejor que el año pasado, esta zona está más cobijada, pero en cuanto a aparcamiento y comodidad para ver las carrozas…muy, muy complicado.
Me pareció agobiante tanta gente, y la carretera a esa altura se estrechaba como un embudo, si yo estaba agobiada pueden imaginarse el pituso. Decía que le picaba el disfraz, primero la capucha, luego los guantes, después el cuello, total, que acabamos llevándolo al parque a jugar.
Mientras estábamos en el parque comenzaron las actuaciones en el escenario y eso ya fue mucho más divertido. Nos colocamos en una zona estratégica del césped donde había más espacio y podíamos bailar sin sentirnos como sardinas en latas, que mi bailarín necesita suficiente escenario para dar rienda suelta a sus movimientos.
Al final siempre acaba pasándolo mejor con lo que menos imaginamos y si él está feliz nosotros también.
Repetimos en Maspalomas seguro.
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