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Ms Glezbet
Día a día de una mamá primeriza
Moda Infantil

8 ene 2018

Botellas de la calma

Después de estas fechas quien no necesita un respiro. Los niños se emocionan con la llegada de los Reyes Magos y los nervios afloran, se les nota nerviosos e inquietos así que ahora que ya todo pasó es una forma genial para volver a un estado de tranquilidad.

Este bote mágico es una manualidad maravillosa no sólo para esta época aunque ahora nos venga al pelo, es una herramienta ideal para fomentar la inteligencia emocional y un material recurrente para trabajar actividades sensoriales.

Tenemos que entender primero que nada que la botella por si sola no es mágica aunque lo parezca, y que tenemos que propiciar un buen uso de ella para que realmente su objetivo de relajación y concentración llegue a cumplirse.

Así que les cuento como hemos trabajado nosotros esta sesión.

Materiales:
-Una botella pequeña transparente de plástico
-Gomina
-Agua templada
-Colorante alimenticio
-Purpurina (o cualquier elemento que se le ocurra al niño, lentejuelas, pompones, arena...)

Objetivos:
-Identificar nuestras emociones
-Reflexionar sobre nuestros sentimientos y aprender a canalizarlos
-Fomentar el desarrollo de las capacidades sensoriales y motrices
-Potenciar la creatividad y el arte

Paso a paso:
Primero se ha explicado que íbamos a hacer y cual sería el funcionamiento de la botella, crearíamos un bote que nos sirviese para meditar y relajarnos cuando cada uno lo necesitase. No es un castigo, por tanto en esos momentos los podemos ayudar a identificar su enfado, por ejemplo, pero no los mandaremos coaccionados a hacer uso de la botella.
Una vez explicado esto, cada uno pensó que elementos querría que tuviese su botella, fabricarla juntos ayuda a que su uso sea más efectivo, que elementos les producía alegría o transmitía pensamientos positivos, cuáles les podían ayudar a relajarse, etc, etc.
Ya conociendo para que serviría y después de haber escogido sus materiales comenzamos con su fabricación.
Pusieron gomina dentro de la botella, como un dedo de alto y agua tibia hasta dejar unos tres dedos antes de que se llenase por completo la botella. 
Ya con el agua y la gomina cada uno eligió de que color quería que fuese su botella y pusieron unas gotas del colorante elegido, menos quienes quisieron que quedase transparente.
Luego metieron la purpurina y todos los elementos que habían elegido previamente, pusieron la tapa de su botella y la agitaron.
Estaban entusiasmados, tanto los más pequeños de 3 años hasta los más grandes de 10. Ha funcionado con todos esta actividad.
El último paso tiene que hacerlo el adulto que los esté supervisando, con una pistola de silicona caliente se fijará la tapa para la seguridad de los niños.


Son muchas las actividades que podemos proponer con la botella, también debemos ser creativos nosotros para hacer uso de ella, trabajar la respiración, proponerles imaginar que cada elemento es una de sus emociones que debe buscar para llevarla hasta donde quiera, que si está enfadado puede canalizar su ira agitando la botella y que sólo cuando desaparezcan las burbujas estará mas tranquil@ para buscar una solución al problema...

Por lo pronto ya yo la he comenzado a poner en practica con mis peques que están encantados y traslado la herramienta el ámbito familiar porque el siguiente en conocer este recurso será Aylan.

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