La última súper novedad es que hemos comenzado en un taller de música para bebés ¡y qué regalazo!. No sé quién lo está disfrutando más, si el pituso, o yo viendo su cara de felicidad.
La música le apasiona, y si encima es un momento para compartir con otros niños, descubrir nuevos aprendizajes y pasar más tiempo juntos pues...¿Qué les puedo contar? Una pena que con mis horarios habituales después de verano no vaya a poder compaginarlo, porque desde luego creo profundamente que han sido unas sesiones geniales, muy completas y divertidas, en las que el pituso como siempre ha logrado sorprenderme con sus aptitudes e inquietudes.
Verlo seguir el ritmo, imitar movimientos, curiosear e interesarse por algunos instrumentos nuevos y otros ya conocidos por él, sencillamente verlo feliz, expresándose a su manera, de forma natural ¡ha sido un gustazo! No son las mejores fotos, pero si de los mejores momentos.
Esperamos que se repitan pronto talleres de éste índole en horarios que pueda compaginar con la vida laboral y les animo a todos que participen si pueden en algún momento, sobre todos a aquellos que piensen que un niñ@ tan pequeñ@ en una clase de música no será capaz de atender ni aprender nada. Tal vez sean capaces de todo eso, y de demostrarnos de paso, que no sólo si que puede ser muy beneficioso para su desarrollo, a nivel motriz, creativo, social, cognitivo... sino que además podemos enriquecernos nosotros de ellos.
Yo por mi parte, espero poder regalarle al pituso muchas más experiencias como estas, en las que primen las sonrisas.
Yo por mi parte, espero poder regalarle al pituso muchas más experiencias como estas, en las que primen las sonrisas.
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