Con los 6 meses han llegado muchos cambios y uno de ellos ha sido el de la alimentación, pero este pequeño gigante se adapta a todo.
Él encantado con la nueva comida y yo encantada viéndolo comer.
Hemos empezado haciendo el puré bastante espeso, con las siguientes verduras: calabaza, papa, zanahoria, puerro, calabacín y ñame. A pesar de no tener nada de sal el puré ha quedado bastante sabroso. Sí, yo pruebo todo antes de dárselo al pituso y pensé que estaría insípido pero no, el puerro le da un toque genial y parece ser que el pensó lo mismo.
Le hago el potaje semanalmente, se lo bato para hacerlo puré, lo separo en tuppers y lo congelo. Cada noche le saco el del día siguiente y me suele dar cada potaje para unos 7 días más o menos.
Cuando llega su hora de almorzar caliento la ración al baño María y añado una cucharadita de aceite de oliva cruda y en el caso de ahora que hemos sumado las proteínas, pues la pechuga de pollo hervida o pavo y vuelvo a batir.
Al segundo que le hice, le añadí habichuelas, para mi gusto no quedó tan bueno como el primero pero el se lo comió igual.
Ya está comiendo pechuga de pollo y pavo, y oye...¡que este chico tiene buena boca! Se come unos dos cucharones y el yogur, incluso hay veces que después reclama pecho.
Hace poco más de un mes leí algo sobre el Baby-Led Weaning, o alimentación complementaria en un blog de una pareja canaria. La verdad es que me interesó bastante y comencé a informarme y poco a poco hemos ido de manera progresiva añadiendo algunas pautas en su rutina.
El pituso se sienta siempre en la mesa con nosotros mientras nosotros comemos y dejamos a su alcance aquello que desde una perspectiva sana y nutricional él pueda comer y si le apetece probarlo no le decimos que no.
A pesar de ser bastante bueno de boca tiene sus preferencias y aunque obviamente su psicomotricidad fina aún está en desarrollo el tiene curiosidad y hace por ser bastante autónomo.
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